4 de Octubre de 2015. Hoy cumplo 28 años. 28 años desde
aquel 4 de Octubre de 1987 que, sin duda, fue el día más importante de mi vida,
aunque yo no lo recuerde, aunque realmente sea mi madre, fundamentalmente, y
también mi padre, los que dieran sentido a la importancia de esta fecha que
cada año celebro.
Y lo celebro, ¡claro que sí! Siempre se tienen bromas acerca
de la edad y el tiempo no pasa en balde (ya sólo quedan dos para los treinta),
últimamente soy la mayor de casi todos los grupos en los que estoy (a veces es
cuestión de días, otras, de casi 10 años) pero, aún así, sigo pensando que lo
importante es seguir cumpliendo años, seguir adelante, poder disfrutar de estos
365 días que me quedan por delante antes de volver a soplar velas, esta vez con
un 9 en las unidades.
Al fin y al cabo, es sencillo celebrarlo cuando te acompañan
las personas que te importan. Ésas que aportan el verdadero sentido de tu vida,
que hacen que cumplir años sea motivo de fiesta y no de tristezas, que llenan
de tantas alegrías y emociones cada día que merece la pena seguir cumpliendo
muchos, muchísimos más. Personas que me han devuelto la ilusión, las ganas de
soñar, sentimientos que creía perdidos, una felicidad que pensé inalcanzable,
la esperanza…
Gracias a mis padres, que me quieren, que están ahí siempre,
que me apoyan en todo lo que hago y aparecen cada vez que los necesito. Esa
sombra que se mantiene aparte para que yo haga mi vida independiente, pero que
siempre está atenta por si requiero su presencia. Sin ellos, obviamente, este
día carecería de sentido, al igual que yo misma.
Gracias a mi hermano, nueve años más joven, con el que
apenas compartí infancia y, aún así, siempre me tuvo un afecto muy especial. El
adolescente (ya casi se acaba eso, ¿eh? Los años también pasan por ti jajaja)
con el que he compartido algún botellón, algunas amistades y miles de
discusiones (casi siempre por temas estudiantiles, debe ser defecto profesional
mío). Sé que no se lo digo casi nunca, pero le quiero y es una parte fundamental
de mi familia.
Gracias, por supuesto, a todos mis amigos, mi otra familia,
la que elegí yo, los que cada día siguen escogiéndome como parte de su vida.
Gorka, Edu, Jose, Eli… Cuando nos conocimos yo aún no había cumplido los 19 y míranos, nueve años después, más unidos que nunca, con una amistad que parece inquebrantable. Hemos superado la Universidad, los trabajos en grupo, las Oposiciones, vernos poco, brownies con ingredientes adicionales, porrones de ingredientes indefinidos, vivir cada uno en un lugar… Y siempre, siempre, hemos conseguido volver a reunirnos en algún sitio, en algún momento. Os quiero muchísimo, vosotros me habéis demostrado que era verdad eso que decían y que yo no creía: que en la
Universidad se hacen los amigos que serán para toda la vida. Hay cosas que no se pueden expresar por escrito, pero todos y cada uno de vosotros sabéis bien (eso espero) lo que siento por vosotros, cada uno con nuestros recuerdos y momentos compartidos, cada uno con su propio matiz. Nerea y Pablo, vosotros, que llegasteis más tarde, no os sintáis excluidos, formáis parte de este párrafo de igual manera
Mis niñas de Madrid, (el año que os conocí celebramos juntas
mi 20 cumpleaños, ya hace 8 años de aquello); Larita y Elena, sabéis que aunque
entre nosotras siempre haya tantos kms de distancia os llevo en mi corazón día
a día, formáis parte de mi existencia y espero que sigáis haciéndolo siempre. A
veces no es cuestión de cantidad, sino de calidad, y aunque me encantaría poder
veros más a menudo, sé que estáis ahí y yo estoy para vosotras y eso, amigas
mías, quizás sea lo más importante.
Mis Pedajodidos, a vosotros os conocí ya bien entrada en los
20 (24 años ya casi para 25). Vivisteis
conmigo uno de los cambios más trascendentales de mi vida y siempre habéis estado ahí. Cada uno de vosotros aporta un toque, un punto de vista especial y diferente a mi vida. El amor desmesurado y tan necesario en los tiempos que corren de Zaida, ese carácter que en el fondo tanto nos gusta de Alicia, la “maldad” (siempre en el buen sentido, yo también la poseo) y atención de Raúl… Aparecisteis en mi vida casi de casualidad, tras unas oposiciones que no me llevaron a nada y la decisión de hacer de mi licenciatura algo útil en el futuro y, fijaos… No os olvido, Francis, Carlos, Yasmina… Vosotros (los chicos) llegasteis casi al principio, Yasmina, algo después. Aún así, sois una parte imprescindible de este grupo y de mi vida, de hecho, ya no hay diferencia apenas entre los que compartimos Máster y los que no. Somos, simplemente, mucho más… Tres años compartiendo aventuras y desventuras y, amigos míos, que sean muchos más.
Mis niñas, a secas, porque aunque son mujercitas ya de 18
años (se me hicieron mayores de edad),
para mí son mis niñas, vosotras ya me conocisteis con 26 años bien entrados, en esta nueva etapa de mi vida en la que siento que todo es posible, en la que he vivido (y sigo haciéndolo) cosas que jamás pensé que podría vivir. Y, en parte, es gracias a vosotras. Me habéis aportado esa juventud que, por una cosa o por otra, había dado por perdida, las noches sin fin, los bailes sin tregua, los vídeos sin vergüenza… :P Aportáis ese toque fresco y desenfadado que tanta falta me hacía y, aunque nuestras vidas avancen en caminos diferentes, (vosotras empezáis vuestra vida universitaria, yo hace ya tres años que trabajo, por suerte, de lo que estudié hace tanto…) sé que siempre habrá un punto en el que coincidan, ese punto de convergencia en el que estaremos unidas, aunque sólo sea por las ganas de fiesta y de vivir que compartimos. El año pasado celebré este día con una fiesta sorpresa (la primera que nunca me habían hecho) y soplé 18 años. Este año no hemos podido vernos pero sé que os habéis acordado de mí y que sacaremos tiempo para celebrarlo. Gracias por formar parte de este presente y de este día.
Gracias, cómo no, a otra parte de mis amistades que no
forman parte de ningún grupo de Whatapp (sí, ahora que lo pienso, cada uno de
los párrafos anteriores es un grupo de Whatapp, lo que hacen las nuevas
tecnologías); pero que sí comparten corazón, (el mío): Salvi, nosotros ya hace
ya 12 años que nos conocemos, prácticamente nos hemos visto crecer. Contigo no
hacen falta muchas palabras, así que, por una vez, no voy a extenderme.
Gracias
por formar parte de mi vida, por todo el pasado compartido, por el presente,
aunque estemos tan lejos, y por el futuro, porque tengo claro que seguirás ahí
siempre, al igual que yo lo estaré. Carlos, nosotros que siempre nos vemos de
higos a brevas pero que, pase el tiempo que pase, cuando podemos coincidir, es
como si nos viéramos todos los días. Mantenemos la confianza que teníamos en
aquellos años del instituto (a ti te conocí cuando tenía 14 años, de aquí eres
el que más tiempo me conoce y, probablemente, uno de los que más facetas de mí
ha conocido). Pese a que seamos polos opuestos en tantas, tantísimas cosas,
supongo que hemos encontrado un cariño común que compartimos el uno por el
otro. Sé que te acuerdas de mí, como yo de ti y que, el día que te necesite,
vas a estar ahí (siempre lo has hecho). Por eso, pase lo que pase, siempre
formarás parte de mis amigos. Paco, aunque nos veamos poco, aunque las cosas hayan cambiado tanto, guardo grandes recuerdos y, al igual que a mis chicas madrileñas, hay amigos a los que no se ve mucho pero se sabe que están ahí.
Adri y Lidia, mis “sevillanos” favoritos, quizás no nos veamos casi nunca sobre todo por razones de incompatibilidad espacial (casi nunca estamos en la misma provincia) pero sigo guardándoos un cariño muy especial. Jesús y toda su familia, pase lo que pase, siempre seréis parte
de mi vida. Ángel y mi tía Pepa, otra familia que yo elegí o que, más bien, me eligió a mí (mi tía Pepa me conoce desde que nací y siempre ha sido parte de mi familia). Mi tita Inma, al fin y al cabo, dicen que las buenas amigas cuentan como hermanas y eso te convierte, directamente, en mi tita, una persona especial que me
alegro forme parte de mi vida y de los míos. Mis tíos, que aunque no tienen Facebook o yo lo desconozco, se acuerdan siempre de este día y sé que me quieren día a día como yo a ellos.
No sé si se me quedará alguien en el tintero, si es así,
perdonadme. Creo que el amor se demuestra día a día, yo procuro hacerlo lo
mejor que sé y esto es sólo una de las mejores maneras que conozco de
reconocerlo.
Gracias por acordaros de mí, de un modo u otro, en este día.
Espero seguir cumpliendo muchos más y que sea, como no, a vuestro lado.
Así… da gusto. Os quiero.
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