Vive tu vida como si no hubiera
mañana, disfruta cada instante como si fuera el último, haz las cosas que
harías si no existiera un futuro: no te enredes entre los peros y los porqués,
no te ahogues con miles de excusas, no pierdas el tiempo, tu tiempo, no dejes
que se te escape la oportunidad de ser feliz, no permitas que el miedo y la
culpa te roben un solo segundo: cierra los ojos y siente qué desearías hacer,
hacer de verdad, y hazlo ahora; nunca se sabe qué ocurrirá en el después.
Piensa con la cabeza, siente con el
corazón, y cuando no estén de acuerdo ríndete a lo que tu instinto te quiera
guiar.
La vida es sencilla, nosotros somos
los verdaderamente complicados. El camino y la verdad siempre están ahí, sólo
hay que tener el valor de recorrerlo y encontrarla.
No te arrepientas de lo que hiciste,
porque lo hiciste por alguna razón; arrepiéntete sólo de lo que no has hecho,
porque quizás una oportunidad se perdió en el vacío para siempre.
Confía en la gente que te quiere, son
los que más daño pueden hacerte pero también los únicos que siempre velarán por
tu bienestar.
Amor y amistad comparten raíz y
sentido, deja que ambos sean los pilares reales de tu vida.
No te culpes de que alguien te falle, cuando
lo das todo a cambio de nada el que se ha equivocado no eres tú, sino aquel que
no supo apreciar quién eras.
No menosprecies al señor tiempo,
compañero de viaje ineludible de todo ser humano, pues ir de su mano a veces puede
ser la cura de nuestro dolor, diluyéndose en las aguas del olvido, y a veces,
por no darnos cuenta de su valor, no hace perder la oportunidad de lo que
realmente queríamos.
El ayer ya pasó, el mañana es
incierto, el hoy es lo único que tienes realmente. Sé, simplemente, feliz.
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